domingo, 27 de septiembre de 2009

CUENTO: GLOBOS ACROBÁTICOS

Por fin llegó el día del gran concurso de globos acrobáticos. Todos los insectos del jardín habían estado entrenando duro, y ahora se preparaban para comenzar sus piruetas. Los concursos de globos eran algo especialísimo, pues sólo podían celebrarse tras alguna gran fiesta que hicieran los niños de la casa, y había muy poco tiempo antes de que se hiciera limpieza general y los papás retirasen todos los globos.Como cada año, los favoritos eran los insectos voladores, pues agarrados a la cuerda del globo podían llevarlo de aquí para allá trazando figuras a voluntad. Pero aquella vez había también unos participantes un poco peculiares: un grupo de hormigas. Por supuesto, nadie esperaba que hicieran nada especial, tenían tan poco peso que jamás se había presentado ninguna, pero llamaba la atención verlas a todas perfectamente uniformadas y preparadas.
Así, los distintos concursantes fueron desarrollando sus espectáculos, consiguiendo figuras con los globos realmente bellas: la mariposa y la luciérnaga, como siempre, dejaron a todos boquiabiertos con su giros y su juego de colores, y cuando les tocó el turno a las hormigas, todo parecía decidido. Las hormigas, sin embargo, por primera vez desde que se recordaba, compartieron un mismo globo; y una a una fueron trepando por la cuerda colgante, formando una delgada hilera negra. Cuando hubieron cubierto toda la cuerda del globo, la última hormiga trepó por encima de sus compañeras hasta llegar al globo, y después, siguió hasta lo más alto. Aquel extraño montaje atrajo la curiosidad de todos, que entonces pudieron ver el toque final: la hormiga abrió las tenazas de su boca tanto como pudo.. ¡y le asestó un buen mordisco al globo!. ¡¡¡Pssssssss!!!
Aquello fue apoteósico: el globo comenzó a resoplar su aire, moviéndose alocadamente aquí y allá, haciendo mil piruetas, mientras las hormigas, perfectamente sincronizadas, iban representando bellas figuras colgadas de la cuerda, todas trabajando a un tiempo por conseguir el dibujo más bello.Por supuesto, aquel acrobático vuelo terminó con un buen golpe, pero dio igual: la exhibición de la originalidad y el trabajo en equipo de las hormigas fue tan impresionante, que ni siquiera hizo falta votar al ganador.
Desde entonces, todos se dieron cuenta de lo lejos que se puede llegar haciendo las cosas juntos, por muy difícil que lo parezca para uno sólo, y los concursos de los años siguientes estuvieron repletos de grupos participantes con espectáculos que nunca podría haber conseguido un insecto por su cuenta.
VAMOS A JUGAR AL JUEGO DE LA BOTELLA
Con una cuerda cada participante han de hacer una botella muy grande para que quepan todos, una vez dentro con música de relajación y todos tumbados deben moverse según se beba o no el agua de la botella el director del juego.
Participantes: Entre 7 y 9 años. Participantes según el espacio que se disponga.
Material: Cuerdas para todos y música relajante.
Consigna de partida
Presentación del material: las cuerdas. Tenemos que conseguir hacer una botella entre todos lo más grande posible para que todos quepamos en ella tumbados, todo el mundo debe poner su cuerda.
Desarrollo
Se les explica que tiene que realizar una botella entre todos, una vez realizada se comprueba que todos caben dentro (aunque sea un poco espachurradillos), se les pide que se tumben y escuchen la música, cuando ya están concentrados se les felicita por la botella, y se les indica que vas a tener sed y que si bebes todos deben ir hacia el cuello de la botella que se vayan colocando y que no pueden hacerse daño, que se va a beber despacito y que después se volverá a llenar la botella. Se hace varias veces el beber y el llenar. es muy divertido y a la vez tranquilo.
Se observa como cooperan en la realización y que estrategias siguen para realizarla. También el movimiento lento y la paciencia.
Variante
Se pueden construir un barco con las cuerdas e irse de viaje a algún sitio que deciden entre todos.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Titulo: "El plato de madera"
Autor: José Lozano Cantón
Valor: El Respeto
Pobre abuelo! Había pasado la vida trabajando de sol a sol con sus manos; la fatiga nunca había vencido la voluntad de llevar el sueldo a casa para que hubiera comida en la mesa y bienestar en la familia. Pero tanto trabajo y tan prolongado se había cobrado un doloroso tributo: las manos del anciano temblaban como las hojas bajo el viento de otoño. A pesar de sus esfuerzos, a menudo los objetos se le caían de las manos y a veces se hacían añicos al dar en el suelo.Durante las comidas, no acertaba a llevar la cuchara a la boca y su contenido se derramaba sobre el mantel. Para evitar tal molestia, procuraba acercarse al plato, y éste solía terminar roto en pedazos sobre las baldosas del comedor. Y así un día tras otro.Su yerno, muy molesto por los temblores del abuelo, tomó una decisión que contrarió a toda la familia: desde aquel día, el abuelo comería apartado de la mesa familiar y usaría un plato de madera; así, ni mancharía los manteles ni rompería la vajilla.El abuelo movía suavemente la cabeza con resignación, y de vez en cuando enjugaba unas lágrimas que le resbalaban por las mejillas; era muy duro aceptar aquella humillación.Pasaron unas semanas y una tarde, cuando el yerno volvió a su casa, encontró a su hijo de nueve años enfrascado en una misteriosa tarea: el chico trabajaba un pedazo de madera con un cuchillo de cocina. El padre, lleno de curiosidad, le dijo:- ¿Qué estas haciendo, con tanta seriedad? ¿Es una manualidad que te han mandado hacer en la escuela?- No, papá – respondió el niño.- Entonces, ¿de qué se trata? ¿No me lo puedes explicar?- Claro que sí, papá. Estoy haciendo un plato de madera para cuando tú seas viejo y las manos te tiemblen.Y así fue como el hombre aprendió la lección y, desde entonces, el anciano volvió a sentarse a la mesa como toda la familia.
Una historia sobre la solidaridad y la tolerancia.
Título: Leonor y la paloma de la paz
Autor: Maite Carranza
Editorial: Ediciones SM
Edad recomendada: Entre 3 y 6 años
Sinopsis: La paloma de la paz tiene problemas para llevar un mensaje a tierras lejanas. ¿Encontrará en su viaje a alguien que quiera ayudarla?
CUENTO: El Perdon (video)